¡Trufas negras de alta calidad cultivadas en España!
La trufa negra es un hongo hipogeo, lo que significa que crece y se desarrolla bajo tierra. Conocida científicamente como Tuber melanosporum, su descubrimiento se remonta a miles de años. De hecho, fue consumida por antiguos egipcios, romanos y griegos, quienes le atribuían propiedades medicinales y afrodisíacas. Las trufas negras son fáciles de distinguir por su peculiar apariencia; cuando están maduras, son negras, como su nombre indica, con un matiz violeta. Su textura es verrugosa, y en su interior, la pulpa es compacta pero ligera, con cierta firmeza.
La crema de boletus de Trufasa es un producto gourmet que combina la calidad y el sabor distintivo de los hongos boletus con la experiencia de Trufasa en la producción de productos a base de trufa y delicatessen. Esta crema se ofrece en un formato en conserva, lo que te permite disfrutar de su sabor en cualquier época del año, manteniendo su frescura y propiedades intactas.
La marca Trufasa es reconocida por su compromiso con la calidad y la autenticidad en sus productos, asegurando que esta crema de boletus sea la adición perfecta para cualquier cocina que busque sabores exquisitos y refinados.
Salsa con trufa blanca, trufa bianchetto y queso grana padano.
La salsa de Trufa Blanca (Tuber magnatum) y Queso es una mezcla lujosa que combina las ricas y terrosas notas de las trufas blancas con la profundidad cremosa y sabrosa del queso premium. Esta salsa aterciopelada ofrece un perfil de sabor indulgente, equilibrando el intenso umami de las trufas con la suave y derretida textura del queso. Ideal para realzar pastas, risottos, carnes o aperitivos gourmet, proporciona un toque sofisticado y aromático que transforma los platos cotidianos en experiencias culinarias. La consistencia cremosa de la salsa y su esencia infusionada con trufa la convierten en una favorita para aquellos que buscan una adición refinada y gourmet a su repertorio culinario.
Trufa negra de verano extra cepillada.
Las trufas de verano enteras, conocidas por su delicado aroma terroso, son valoradas por su sutil sabor a nuez y su perfil más ligero en comparación con las trufas de invierno. Estas trufas tienen un exterior texturizado, de color marrón oscuro a negro, con un interior veteado de color beige claro, que muestra intrincadas venas que indican su calidad. Las trufas de verano se cosechan típicamente de mayo a agosto, capturando la esencia del terroir de la temporada cálida. Perfectas para rallar sobre pasta, risottos, carnes o ensaladas, aportan un sabor a trufa suave pero distintivo que complementa una amplia gama de platos sin ser abrumador. Las trufas de verano enteras son ideales para añadir un toque elegante y gourmet a cualquier comida.